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Mario Barron

Dentro de mi obra pictórica, la construcción de imágenes siempre ha sido en relación con la imagen fotográfica. En efecto, desde hace 20 años, el encuentro entre pintura y foto han marcado mi producción artística. En este sentido, las fotografías aquí presentadas, son parte de una investigación visual en torno a las relaciones que podemos construir -con y desde la fotografía – en un mundo hiper imaginado; es decir, en uno en el que el acceso a la producción y percepción de imágenes fotográficas se ha vuelto parte de nuestra vida cotidiana: sea a través del celular, de las redes sociales e incluso a través de mecanismos de vigilancia.

Así, acercarme desde la fotografía al culto a la Santa Muerte implicó pensar, por un lado, la dimensión visual de estos ritos, tanto en los altares como en los cuerpos mismos de las personas que van a rendir culto. Por otro lado, estas fotografías me permiten cuestionar la posición que adquieren tanto la fotografía como el fotógrafo, en un contexto en donde nuestra relación con nosotros mismos, y con los otros, está constantemente mediada y configurada a través de la imagen.

Partiendo de lo anterior, me es posible proponer que estas fotografías son una suerte de coproducción entre las personas que fueron a rendir culto y yo, el fotógrafo. Como artista visual, me gusta pensar que la tecnología nos permite imaginar cada vez más una fotografía colaborativa; un collage de miradas que construyen una imagen fotográfica. Por ahora, no queda sino pensar en cómo la colaboración entre fotógrafo y sujeto fotografiado está marcando el camino que dará forma a estos cambios.